sábado, mayo 14, 2005

Django-man

Años noventa


caminar aunque llueva
para buscarte y hacer recuento
de tus nuevas sombras de ojos,
quizás hablar del verano y el curso,
entre ruido de terrazas
e informaciones contrastadas,
inventar versiones de lo nuestro
juntando muchos pedazos de algo,
reducirlos a ceniza
y sonreír
como lo hacen los colegiales,
como en los años noventa.

PELICULAS EN BLANCO Y NEGRO
Cuando todo era asfalto recién pintado podía saltar entre las líneas continuas del carril equivocado, incluso dejar la huella de mis primeros zapatos de baile al otro lado, luego vino la lluvia y no se llevó la pintura fresca, perdiste la virginidad y no fue conmigo -siempre pensé que sería conmigo- ya no me importa, Brigite Bardot me mira pensativa desde el calendario, parece tener la respuesta a cosas para las que yo no las tengo. Ese último día estabas preciosa, unos cientos de kilómetros no hicieron demasiado efecto, ese último día estabas preciosa, me largué del país y todo empezó de nuevo. Siempre quise estrenar unos viejos zapatos de Baile

Empezaba marzo y yo aún tenía páginas en blanco de febrero. A las 20:00 inauguración de otra exposición de banco, 30 grabados de Goya y de postre un autorretrato. Todo el mundo parecía dárselas de importante, era de esperar siendo gente importante -será para ellos- Era una obligación asistir, pero aún así me largué, había algo que no me gustaba en el cátering, así que no esperé a que los invitados pasasen al salón. Calle abajo recordé a alguien que se parecía a mí, yo.

En el 2001 mi primer borrador veía la luz, un áccesit ratificó que aún quedaba mucho trabajo por delante; no sería hasta dos años más tarde tras la negativa de una editorial que esos cambios llegarían, mi primer libro: PELÍCULAS EN BLANCO Y NEGRO



CREO QUE SE DECÍA "ADIÓS"

Sonó un portazo
de pestañas a mi lado
y era tu saliva
sobre la almohada
jugando a hacerse
[la dormida,
aprovechando
el estruendo de intimidad
te dije: te quiero
como no voy a quererte mañana
y tú, me enseñaste cómo no besar
[a una dama.
Tu lado del colchón estaba frío
y el mío también,
nunca se nos dieron bien
[las despedidas.

XXX

Y aquella noche de junio
nos besamos en las puntas de los dedos
surcando la saliva del deseo
diluidos en versos de sudor sin palabras.
Un verano para jugar a ser eternos.
Aún conservo tus preciados recortes del mar
junto a la factura oxidada del rincón.

(Y SOÑAR CONTIGO)
Allí donde el asfalto duerme
entre los dedos de la lluvia
y la vida olvidó
el camino de regreso a casa
sólo espero dormir tranquilo.

SÓLO A TI

Los demás tienen otras, buenas
mejores, quizás, no lo sé, no importa
que les atormentan, les persiguen
les abrazan y les cobijan del miedo
yo sólo te tengo a ti,
en mis recuerdos, en las postales
que recogí del felpudo cuando te fuiste.
Los demás despiertan y encuentran el día
roto
yo rompo el día con cada taza de café
si son días todos estos pedazos de algo
que utilizo para azucarar.
yo, por ahora, por siempre
dibujo tu figura sinuosa
sobre los botones de una cabina telefónica
que me hace recordar tus cabriolas
tan esenciales para mi despertar
mientras espero a que apaguen las luces
y consiga averiguar si hay preparado
un segundo asalto para Rocky
o tu número era sólo un cheque al portador.

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